9. Oso glotón
En Macedonia, un apicultor se enojó tanto con los osos que destruían sus panales de abejas que decidió llevar el caso a la corte. Explicó que tomó diferentes medidas, como por ejemplo, distraer al oso con música y luces, sin conseguir ningún resultado. Demandó al oso por daños y robo, y a pesar de que el oso no pudo aparecerse en la corte, se le declaró culpable y el apicultor recibió $2,700. El oso amante de la miel sigue en libertad.