9. Compartir no está en su vocabulario
Por más juguetes buenos que tenga, siempre querrá el que más te gusta o con el que estás jugando en ese momento. Pueden incluso llegar a romperlo para no prestarlo, o usarlos como arma en tu contra. ¡Una guerra larga e intensa!
10. ¡Te ayudan a comer!
Incluso cosas que ni a él le gustan. De hecho, a veces insisten en que pruebes sus propios «experimentos culinarios», preparados con ingredientes que a veces ni son comestibles. ¿Cuántos no nos enfermamos del estómago gracias a estas «meriendas»?
Recuerden que los hermanos mayores pasaron por el mismo tratamiento pero realizado por mamá o papá y con ellos si que no se les puede decir No, así que podemos verlo como un entrenamiento antes de ver a los verdaderos inquisidores de la alimentación.
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